martes, 2 de agosto de 2022

LA SEÑAL QUE SE ESPERA

 


Parece ser, según cuentan, que ni los arreglos que hizo sobre el tercer acto Buero Vallejo tras el estreno de la obra, trajeron el éxito a este Drama. Y tal vez sea por la implicación de ciertas condiciones de los protagonistas y de las circunstancias en que transcurre la acción, tan alejados de la presentación escénica a que tenía acostumbrados a sus fans el autor, tampoco la época admitía ciertas fantasías. La nomina de participantes es muy corta. Susana abandonó a Luis para casarse con Enrique, con el cual lleva unos años de felicidad aunque con huecos vacíos; viven acomodadamente en un pazo gallego comprado antes del matrimonio. Luis se supone que perdió la noción de las cosas a consecuencia del abandono de Susana, tanto que ni siquiera ha podido trabajar en lo suyo, es compositor musical. Ahora vuelve a su lado como amigo, una vez superado el bache, para intentar recuperar su profesión, lo que que cree que logrará si descubre la conexión hacia una melodía que suena constantemente en su cabeza. Susana siente por él gran ternura, nada más, pues ama a Enrique, pero no puede evitar tensiones en su matrimonio por la presencia del antiguo novio y cree haber perdido su amor. Todo ello se solucionará, junto con un temilla menor de los sirvientes del pazo y un sobrino del que nada saben desde que se fue a América, cuando llegue "la señal que se espera", a través de un arpa eólica escuchada en determinadas condiciones. En fin, un poco romántico, dramático, fantasioso y hasta abstracto. Para no machacar mucho a la censura, al final, mientras cae el telón se oye una música que Susan cree que sale de su interior.

La tenemos en el número 21 de la colección de teatro Alfil, estrenada el 21 de mayo de 1952 en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, dividida en tres actos. La publicación del librito cuenta con una breve biografía del autor al dorso y la partitura para guitarra de la melodía al final de la edición.

Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916 - Madrid, 2000) fue un dramaturgo español que supo transmitir el sentimiento de sus personajes que en el corto espacio de una representación teatral, mostraban actitudes muy particulares y eran capaces de desarrollar una transformación de carácter en determinadas condiciones. Dicen autores que no hay malos ni buenos en el teatro de Antonio Buero Vallejo, sino seres atormentados, frustrados, enfermos, etc. que buscan dar salida a sus taras. Conoció los rigores de la Guerra y los de la posguerra, la cárcel y el sufrimiento de las clases más bajas, así que en sus obras se reflejan todas estas situaciones, con títulos como "Historia de una escalera","Un soñador para un pueblo", "En la ardiente oscuridad", "Madrugada", "Caimán", "El tragaluz", "La Fundación", etc. Para ahondar en su biografía podemos consultar en Real Academia de la Historia o en Cervantes.es, entre otras.


@ 2022 by Santiago Navas Fernández.

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