María Fernanda Cano Caparros (Huelva, 1925) publicó la mayor parte de sus novelas como presuntas traducciones del inglés y bajo el seudónimo de ‘Mary Francis Colt’, algo habitual en la época, por lo que se llegó a pensar que, realmente, era inglesa. Esta onubense fue una autora muy prolífica, con numerosas obras editadas. Aunque escribió novelas románticas, como El novio de Vera Golding (1960), la mayoría de sus publicaciones –y las más conocidas- fueron de género policíaco y de intriga, muy demandadas por los lectores en los años sesenta, por lo que fue conocida como la Agatha Christie española. Destacan sus dos obras de teatro La mano y la garra (1972) y La extraña señora Vernon (1975). Quizás sus obras no lograron el respaldo de ningún premio literario, pero sí alcanzaron el favor de los lectores.
El número 777 de la colección teatral Alfil nos trae una Comedia policíaca dividida en tres actos y siete cuadros. El librito contiene al dorso una biografía de la autora.
De nuevo una novela policíaca al estilo inglés de A. Christie y otros autores, pero en este caso, Cano no usa a un inspector en concreto, no existe un Hércules Peirot. Como para darle mayor ambiente, sitúa la acción en una mansión inglesa y usa los personajes habituales, una criada mayor pero fiel, un ricachón que ha fallecido de extraña forma, una joven pero digna esposa, el amante o varios, el inspector de policía, el amigo de la familia esta vez representado por el doctor y su joven hija, enamorada del inspector que a su vez ronda a la recién viuda... y un misterio en la vida anterior de ésta que justifica o explica determinados comportamientos. Hay más personajes, pero son prescindibles. El caso es que el asesinado deja un testamento esquivo, la joven viuda será atacada como si alguien deseara su muerte y el inspector no da pie con bola hasta que, en el último momento, casi con el telón bajando, se descubre toda la verdad y los hilos sueltos se anudan.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández