Con el número 41 de la colección Alfil de Teatro, nos llega eta obra de André Birabeau, traducida y adaptada por Enrique Gutiérrez Roig, comedia satírica en cuatro actos, cosa poco corriente. Se estrenó el 20 de diciembre de 1950 en el Teatro Infanta Beatriz de Madrid. En el librito se incluye a la trasera una breve nota sobre el autor y una detallada de los actores, su edad, aspecto, etc. que interpretan los varios personajes.
Enrique F Gutierrez-Roig (1879 - 1960) fue un prolífico autor teatral superando el centenar de intervenciones entre obras propias y conjuntas, además de directivo de la Asociación de Ex libristas ibéricos. André Birabeau ( París, 1890 – 1974) fue un escritor y dramaturgo, dialoguista, adaptador y autor de obra original, de larga trayectoria en su país, escribió numerosas obras de teatro, intervino en guiones de televisión y de cine, incluso exploró su faceta de actor.
Tras 30 años Silvia y Gabriel se vuelven a encontrar, se separaron dos años después de nacer Roberto, su hijo, el cual siempre ha creído que su padre era Julián. Roberto está casado con Anita, una joven de buena familia. Hasta aquí un argumento que nos da a entender que se trata de un enredo. Sin embargo el encabezamiento de la obra en el librito nos dice que es una comedia "satírica". La ironía la pone el autor cuando enlaza toda la trama y la acción en el París de la época en que fue escrita, hacia los años 40 a 50 del siglo pasado. Roberto acaba de acceder al cargo de Ministro en medio de una crisis política que está llevándose uno tras otro, la oposición es fiera y cualquier error o escándalo puede hacer caer hasta al Gobierno. Su madre, Silvia, era una joven con aspiraciones cuyo matrimonio con Gabriel fracasó, para romperlo tuvo que acusarle de malos tratos (ubicada en los 4-50 del siglo XX, en París, aquí esta denuncia no hubiera servido para nada, además porque no existía el divorcio porque se hubieran reído de ella), marchándose con su hijo y casándose con Julián, o mejor dicho, con su indudable buena posición económica y social, lo que permitió al niño adquirir estudios y posición. Gabriel, con las aspiraciones comunes, ha llegado a ujier del ministerio ¡precisamente de éste ministerio y precisamente como ujier personal de este ministro! Así que ya está liada la cosa, aderezada con una irónica visión del funcionamiento de la política y de los partidos.