Fernando Ángel Lozano es el seudónimo de Fernando Lázaro Carreter (Zaragoza, 13/04/1923 - Madrid, 04/03/2004) fue un filólogo y profesor español director de la Real Academia Española entre 1992 y 1998. Con numerosos premios como el Aznar (1982) y el Cavia (1984) y el Nacional (1996) de Periodismo, Blanquerna (1993), Internacional Menéndez Pelayo (1994), etc. Doctor Honoris Causa por Zaragoza, Salamanca, Autónoma de Madrid, Valladolid, la Laguan y La Coruña. Así como otros reconocimientos internacionales. Y al menos dos premios literarios llevan su nombre. Miembro de la Real Academia de la Lengua desde 1972, es fundador del Departamento del Español Urgente de la Agencia EFE, figurando como Asesor, e impulsor de bancos de datos como el CORDE y CREA. Ejerció su labor de enseñanza en diversas Universidades españolas pero también alemanas, francesas y estadounidenses. Su intensa obra se puede agrupar en cinco apartados: estudios lingüísticos, estudios literarios, libros de educación secundaria, artículos periodísticos y obra teatral.
El número 448 nos trae esta Comedia en la colección Alfil de Teatro, que se hizo más famosa aún en la versión cinematográfica de Pedro Lazada de 1966. Su primer estreno se produjo el 13 de junio de 1962 en el teatro principal de Pamplona, de ahí pasó al Teatro Talía de Barcelona el 23 de agosto y por fin, al Teatro Eslava de Madrid en febrero del año siguiente, pues si no se estrena en Madrid, parece que no triunfa. Dividida en tres actos, el primero dividido en tres cuadros y el segundo en otros tres y un epílogo. Fue dirigida por el primer actor, Paco Martínez Soria.
La obra explota un hecho común de los años 60, la diferencia entre la vida rural anclada en el pasado social y cultural, frente a la vida urbana, con las modernidades que comenzaban a llegar al país. Hoy en día está superada dicha diferencia, pero entonces eran dos mundos muy alejados. Agustín nunca ha salido de su pueblo y decide, con boina y una gallina de regalo, irse a la ciudad a ver a su hijo, médico de prestigio que vive a un nivel económico y social muy alto, donde su padre no pega ni a empujones. Sin embargo, la trama presenta la vida alocada y veloz de la gran ciudad, camino de la vacuidad y deshumanización, así, con su sabiduría sencilla pero eficaz fruto de lo que la vida le ha enseñado, Agustín irá atajando los problemas de la familia de una forma tranquila, como espontánea, pero sabiendo bien lo que hace. El final no puede ser más feliz, Agustín se vuelve al pueblo apenado por no poder vivir con su familia, pero feliz aparentemente porque los ha resuelto esas cosas que "la vida moderna" les trae, nada bueno.
@ 2024, by Santiago Navas Fernández.