Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901 - 1952), dramaturgo español de gran éxito, cuyo teatro ridiculiza y ataca a la conciencia acomodada de las costumbres de la época, en especial durante el franquismo, tuvo numerosos problemas por ello. Sin embargo, grandes títulos de su carrera son repuestos y ahora más, causan la risa entre los espectadores porque se encuentra más lógico ese absurdo que plantea. De hecho, murió casi olvidado, en la ruina, de un cáncer maligno. Su sentido del humor y de lo increíblemente asombroso en sus novelas y obras, fue inspiración para muchos autores posteriores y se habla de un "jardielismo" expresado por Marquerie y que se encuentra en obras de Neville, Tono, López Rubio, Alonso Millán, Alfonso Paso, Ramón Paso, Álvaro de Laiglesia, etc. Dejó un gran legado en ensayos, colaboraciones periodísticas, novelas, narraciones cortas, guiones cinematográficos, pero sobre todo, en obras teatrales como "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", "Usted tiene ojos de mujer fatal", "Un marido de ida y vuelta", "Angelina o el honor de un brigadier", "Los ladrones somos gente honrada", etc. y una opereta "Carlo Monte en Monte Carlo" con música de Jacinto Guerrero. También nos dejó una larga tradición de actores y actrices y autores teatrales.
El número 196 de la colección teatral La Farsa, nos trae una Comedia en cuatro actos, estrenada el 17 de abril de 1931 en el Teatro de la Comedia. Contiene dibujos de Merlo y la portada con foto de la principal artista en plena actuación, Margarita Leal.
Dicen que cuando se estrenó fue criticada por inmoral, pero lo cierto es que no veo el porqué, pues lo que nos muestra es una sociedad relacionada con el mundo del teatro en plan surrealista. Desde la criada que lee una interminable novela de amor de varios miles de páginas distribuida en doce tomos, hasta la sociedad de niños bien y mujeres independientes que se divierten a su gusto. Un niño que no sirve para trabajar porque en su familia no le educaron más que para disfrutar, Armando, conoce a Margarita y su amor comienza con la sola base de una obra literaria de la que Jardiel Poncela se ríe. Un absurdo. El padre es un viudo un tanto crápula, que habla contra el matrimonio constantemente, mientras impulsa a su hijo a casarse, pero no con una joven independiente, sino con una sumisa que no sea demasiado lista. Toda esa revolución de personajes puede que alguien ofendiera, pero la crítica es bien clara y directa.
Una versión llevada al cine en 1939 en Argentina, con el autor como coguionista, se puede ver aquí.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández