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sábado, 11 de junio de 2022

EL DEMONIO FUE ANTES ANGEL

 




Nuevo tándem entre la compañía de María Guerrero con Jacinto Benavente en esta obra estrenada en el Teatro Calderón de Madrid el 18 de febrero de 1928, una comedia dividida en tres actos y estos en varias escenas, que fue publicada con el número 37 por La Farsa el 19 de mayo de ese año mismo. El libro se acompañó de caricatura sy dibujos de la representación, como es habitual en esta colección. Trama costumbrista de la sociedad acomodada a la que tiene acceso un joven por la casualidad de haber sido conocido por el marqués, eso y la personalidad callada y educada del muchacho le llevará a ganarse la simpatía de la marquesa y la hija de ambos, que enseguida querrán presentarlo en la pequeña sociedad de Moraleda, la de Madrid ya es otra cosa pues la idea es que se queden a vivir allí, que las clases sociales existen ¡caramba! Y tanto existen que las dos jóvenes protagonistas se dedican a hacerles el bien, dar de cenar a los niños, acompañar y auxiliar a los enfermos... pero un día en la familia les comentan que los pobres nunca agradecen nada, a lo que el joven les responderá que no, que son los ricos los que no agradecen a los pobres el esfuerzo que hacen por ellos ¡magistral lección! de Benavente, pues el joven usa esta frase para lanzar un mensaje que nadie recogerá de momento.

Como no podía ser de otra forma, el amor nace entre el muchacho y la principal amiga de la marquesita, que sin ser noble ni rica, es la amiga de juegos de la infancia del pueblo. Y sin embargo, el muchacho de quien está enamorado es de la marquesita, a sabiendas de que jamás podrá hacer pareja con ella por la diferencia social y porque ya está casada, admite contraer matrimonio con la del pueblo. Es una renuncia consciente, agradecida por lo que la familia ha hecho por él, renunciará a seducir a la marquesita consciente de la distancia que los separa, pero aceptará la propuesta de matrimonio que le insinúan, es la única forma de conservar el contacto, al menos. Hernán, Casilda y Fernanda, el muchacho, la marquesita y la amiga de la infancia. Los demás personajes son filósofos cuyas parrafadas cargadas de retórica, cansan un poco por su extensión y llenan de pensamientos la obra. Y se preguntan si no estarán haciendo como en el viejo dicho que el demonio fue antes ángel y por eso Fernanda y Hernán se avienen a su destino, como lo concibieron los marqueses aún a sabiendas que es Casilda el amor real del muchacho, cosa de la que todos llegan a convencerse incluido Joaquín, el marido de Casilda. ¿Comedia o drama? ahí lo dejo.

Jacinto Benavente Martínez (Madrid, 1866 - 1954) es uno de los pocos autores españoles que tienen un premio Nobel, otorgado en 1922, lo cual ya aporta a su currículum un esplendor mayor. Dramaturgo, cineasta... dejó un gran número de obras en las que, algunas veces según dicen sus críticos, no llega a ahondar tanto como podría haberlo hecho y la denuncia de aspectos como la manipulación de las informaciones, el papel de la mujer, la modernidad o la situación política, no llegan a cuajar suficientemente. De hecho, sus variaciones entre las diferentes opciones que conoció a lo largo de su vida, le hacen estar siempre al lado del que gobierna, desde Primo de Rivera durante la Dictadura blanda, la República durante la Guerra Civil o loas al franquismo tras su victoria final, y sin embargo, durante muchos años posteriores al 39, tuvo que representar sus obras citándolas no con su propio nombre sino por "el autor de la Malquerida". Sin embargo su fama es total, debida a la popularidad de sus obras, pero también a su cantidad: teatro, versos, novelas, críticas, adaptaciones, guiones...



@ 2022 by Santiago Navas Fernández

sábado, 28 de mayo de 2022

DOÑA MARIA LA BRAVA


 

El número 23 de la colección La Farsa es, por muchas razones, un ejemplar que debería haber sido destacado espacialmente si hubiera habido oportunidad para ello. Un número más redondo como el 50, un número extraordinario fuera de numeración... porque se va a convertir en un número singular desde el mismo momento de su edición, poco más o menos de un mes después del fallecimiento de la recordada actriz María Guerrero, que es lo que da lugar a esta edición y no tanto su autor, conocidísimo, o la trama misma.

Para empezar, la imagen de la portada es la de la afamada actriz, pero luego se añaden al inicio diversos escritos en honor de la principal protagonista de la obra y se intercalan dos hojas con fotos de ella vestida con el traje de doña María La Brava en la representación de esta obra cuyo autor es Eduardo Marquina. De dichos escritos, el propio autor dedica un poema a la muerte de la actriz, que denomina "epilogal"; el otro es un recuerdo de su primer encuentro con la finada durante una gira por América escrito por Valentín de Pedro. Además de la introducción de la propia editorial, algo hasta ahora no conocido en esta colección. Al ejemplar le acompañan ilustraciones del ilustrador Barbero. El texto de la obra se encuentra a dos columnas y enmarcado en unos filigranas que dificultan la lectura, sin duda se quería destacar la obra, pero se consiguió una presentación anómala y bastante incómoda.

La trama corresponde a un brindis al sol en torno a la historia de "la raza castellana", teniendo como protagonista a María López de Guzmán y Estúñiga, la Reina Isabel, el Príncipe Enrique, el Rey don Juan y otros nobles contemporáneos como don Alvaro de Luna, el marqués de Santillana, el Conde de Plasencia, etc. así como un despliegue inmenso de extras en forma de soldados, asistentes, religiosos... que pocos escenarios soportarían tanta gente reunida sobre su tablado. Drama en cuatro actos en verso que se inauguró en el Teatro Princesa en 1909. El autor dedica la obra a la actriz y a su marido, también actor como veremos. Eduardo Marquina (Barcelona, 1879 - New York, 1946), periodista, poeta, comediógrafo y compositor de himno y odas patrias, tío de otro conocido comediógrafo posromántico, Pedro Marquina, y padre del director de cine Luis Marquina. Escribió multitud de obras teatrales y algunas novelas, tradujo a numerosos autores extranjeros, compuso la primera letra oficial de la Marcha Real por encargo de Alfonso XIII, otras odas y el guión de la película "El Alcázar de Toledo", 1939, que jamás llegó a rodarse.

Y vamos ahora siguiendo la línea de número especial, con la protagonista. María Ana de Jesús Guerrero Torija (Madrid, 1867 - 1928) falleció de uremia en pleno éxito personal y empresarial, tras suspender unos días antes los ensayos de su nuevo estreno. Desde muy joven aprendió el oficio de actriz con Teodora Lamadrid y en 1885 debutó en una obra de Echegaray pasando a convertirse en primera dama poco después. En 1894 crea su propia Compañía y dos años más tarde se casa con Fernando Díaz de Mendoza, un aristócrata arruinado con el que refunda una nueva compañía y comienza a tener tanto éxito que trabaja sin descanso, hace multitud de giras por latinoamérica, sobre todo Uruguay y Argentina, por Europa y llega a actuar en New York. Sin embargo, una parte de la vida cultural no está tan a favor de la actriz, en sus primeros tiempos representó numerosas obras de Echegaray, también lució a Galdós, pero poco a poco se fue aristocratizando y acomodando a la buena vida de la nobleza madrileña, inclinándose al conservadurismo social, al tiempo que se volvía arrogante, exigente e interesada. En 1909 compra junto a su marido el Teatro de la Princesa de Madrid, que hoy es Centro Dramático Nacional en manos del Estado con el nombre de Teatro María Guerrero, trasladándose a vivir a los pisos altos del edificio, donde se inaugura la presente obra de "Doña María la Brava", nombre que se le adjudica como mote. En 1921 sufraga la construcción del Teatro Cervantes en Buenos Aires. En su compañía trabajó una actriz, Carola Fernán-Gómez (en realidad, Fernández Gómez, pero parece ser que a María Guerrero le gustaban los apellidos complicados o múltiples) de la cual se enamoró el hijo mayor, Fernando Díaz de Mendoza Guerrero, en contra de la opinión de la madre que no quería novias actrices para sus hijos, sin embargo, de aquel amor nació un niño que se llamaría Fernando Fernán Gómez y que su padre no reconocería hasta depués de la muerte de María Guerrero, cuando el amor de Carola ya había desaparecido. En fin, el segundo hijo de María Guerrero, Carlos, tuvo más suerte y se pudo casar con su novia actriz de la propia compañía, Carmen Larrabeiti, que con el tiempo tendrían otra actriz (cosas del karma o de la genética).


@ 2022, by Santiago Navas Fernández

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