miércoles, 31 de agosto de 2022

EL CALENDARIO QUE PERDIÓ SIETE DÍAS.

 


El número 45 de la colección de Teatro Alfil es un número EXTRA que cuenta con dos títulos. El primero nos trae una historia fantástica en tres Actos que se dividen en dos Cuadros, con la participación de multitud de personajes. Fue estrenada en el Teatro Cervantes de Buenos Aires el 26 de agosto de 1949 y en España el 12 de enero de 1950 en el Teatro María Guerrero bajo la dirección de Luis Escobar y Huberto Pérez de la Ossa. El librito incluye un dibujo de la cara del autor y se acompaña de una biografía, ambas en páginas interiores al principio.

Enrique Suárez de Deza y Zapata (Buenos Aires, 1905 - 1986) fue un dramaturgo y poeta, hermano de Isabel Suárez de Dela, hijos de españoles que se volvieron a Madrid donde en 1925 se graduó en derecho y estrenó su primera obra. Se dedicó al Teatro con numerosos títulos que iba estrenando en Madrid y  Buenos Aires sucesivamente. Entre las más destacadas están "La millona", "Mi distinguida familia", "El calendario que perdió siete días", "La rosa encendida" o "El anticuario", que fue llevada al cine y a la televisión al igual que otras. Sus obras son comedias y dramas ocurridas en la zona más burguesa de la sociedad de su tiempo.

Es una obra difícil de representar y con una propuesta anímica especial, pues transcurre en lo más hondo de la mente. Su marcado carácter simbólico nos va a conducir por dos momentos diferentes de la historia, así que las fechas son claves para situarnos. Don Damián es un anciano nonagenario dueño de un importante Teatro que ya ha descontado el final de su vida, no obstante e inexplicablemente no fallece. Se produce una analepsis, que es un flashback pero en castellano, y la acción retrotrae a 1909 para darnos la explicación necesaria. Coincidiendo con la representación de una ópera en el Teatro de don Damián, el diablo personificado convence a don Juan para que seduzca a la muerte durante siete días durante los cuales no se producirá ninguna muerte de animal o persona. Al cabo de los cuales es el propio don Juan el que alcanza la muerte en un cementerio, jugando así el autor con el mito de don Juan. En ese instante la acción vuelve al momento actual y fallece por fin don Damián.


@ 2022 by Santiago Navas Fernández.



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