viernes, 25 de noviembre de 2022

LA ESTATUA FUE ANTES PICHURRI


Faustino González-Aller y Vigil (Gijón, 2/03/1919 – Madrid, 12/03/1983) fue un escritor, dramaturgo y guionista de cine español. Trabajó en RNE al mismo tiempo que iniciaba su carrera teatral, con "La noche no se acaba" abordaba el tema del aborto y su obra fue retirada por instrucción de la Dirección General de Seguridad (¡qué tiempos!). Autor de novelas, alguna polémica también, y de guiones de películas. Fue corresponsal en Cuba, donde dirigió un canal, responsable de información de Naciones Unidas y correspondas en Nueva York de la Agencia EFE. Falleció en el Hospital de la Paz de Madrid a consecuencia de un paro cardiaco.

Armando Ocano fue colaborador del anterior en dos obras: "La noche no se acaba" y "La estatua fue antes Pichurri". De ascendencia asturiana e hijo de un represaliado miembro del Socorro Rojo, nacido posiblemente en 1921 y fallecido en su capital, posiblemente también, hacia 1952, llegó a España sobre 1946 como reconocido ensayista y autor teatral para intentar hacerse un hueco. Con Vicente Escrivá presentó la obra "Dios entre nosotros".

La presente obra se estrenó en el Teatro Beatriz el 29 de septiembre de 1952, en un claro intento de incorporarse al teatro comercial. La rememoración de la época en la que transcurrió la juventud del protagonista, Álvaro o Pichurri entonces, nos muestra a un modélico hijo único  estudioso y "formal" al estilo de la época, que prepara oposiciones a algo tan serio como Registrador de la Propiedad, acompañado de su novia casamentera Rosaura. Pero en un momento determinado se relaciona con una famosa tanguista en el Café Concert de la cual se enamora y está por abandonarlo todo por seguir el rastro de la mujer fatal, pero su conciencia le lleva a confesárselo todo a su novia. Aparece el personaje polémico del vividor Ondulao, más sabio por experiencia en materia de amores, le hace reflexionar sobre el destino de cada cual en la vida, de saber que dónde uno se mete debe que asumir las consecuencias y que todos los caminos, sobre todo los más tortuosos, no son para todas las personas. El joven lo toma en serio y decide. Han pasado veinticinco años y ahora regresa por esas mismas calles porque le van a erigir una estatua como prócer. El viejo Ondulao la contempla y se emociona al recordar cómo le aconsejó y al ver el fruto de sus lecciones pues el muchacho se alejó de una mala vida, volvió a la buena senda, algo que la mayoría que se adentran en la selva, no saben resolver y se pierden para la eternidad. No le falta moraleja y a pesar de eso, los autores sólo encontraron críticas.


@ 2022, by Santiago Navas Fernández

Entrada destacada

TE ESPERO AYER.

Manuel Pombo Angulo (Santander, 1914 - Madrid, 1995) fue un escritor, periodista y médico de profesión que ejerció el periodismo en Ya. Pro...

Entradas más visitadas