Número 50 de la Farsa. Aunque no es habitual, en algunos casos nos incluyen dos títulos en una misma publicación; lo que ya no es tan común es que los autores también sean distintos. Vamos con el primero de los dos que es el "plato fuerte" de la publicación. Fue estrenada en el Teatro Calderón de la Barca de Valladolid el 3 de enero de 1927 y posteriormente en el Teatro Infanta Isabel de Madrid, el 7 de marzo de 1928, publicándose el 18 de agosto de ese año. Se acompaña de caricaturas de los autores, de los principales personajes y de los escenarios. Ubicada en la época de la composición, transcurre en Ribereda, zona vinícola de Ribera del Duero, se desarrolla en prosa y en tres actos divididos en varias escenas. Como curiosidad decir que se incluye la relación de actores y actrices de cada representación citada, añadiendo en el caso de la de Valladolid, la edad de cada uno de ellos.
Federico Santander Ruiz-Jiménez (Madrid, 1883 - 1936), periodista, dramaturgo, ensayista, concejal, alcalde de Valladolid y político antirrepublicano y monárquico, dirigió el periódico El Norte de Castilla que abandonó pues su linea era pro República; escribió varias obras teatrales y finalmente, tras su muerte, el bando vencido aún lo juzgó por presunta masonería. Y José María Vela del cual no he encontrado referencias.
En una capital de provincias la pequeña burguesía que maneja la vida de la población, se reúne a diario prácticamente, los marqueses en este caso (podría ser cualquier otro título noble o sin título, lo que conocemos como caciques) llevan la batuta de la clase social alta, mueven las obras de caridad, la cultura, el arte, la vida religiosa... De repente, de entre sus miembros sale el joven ilusionado por ser un autor dramático en los tiempos que aún el cine no es nada y el teatro lo es todo. El típico escritor de moda es conocido y hasta protegido de los marqueses y en un viaje allí, decide impulsar la carrera del jovenzuelo que ¡apunta maneras! Es una obra que nos muestra cómo en aquellos tiempos nada era si no pasaba por el aplauso de Madrid, donde el tener amistades valía más que el tener talento, en el que a un triunfador se le atizaba con otro triunfador y esto está representado así en la trama. Y tanto le pasará al joven, que volverá exitoso, bebiendo las mieles del triunfo, pero él también tiene la caducidad escrita en el destino. Al final la vida le enseñará humildad. Como le dice un personaje curtido "al menos aún eres joven".
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