En el número 5 de la colección de Teatro Alfil encontramos el primer número declarado como EXTRAORDINARIO, con un coste ligeramente superior a los que no lo son. Contiene dos obras de Víctor Ruiz Iriarte que en ese momento estaba en pleno ascenso como autor. El librito contiene ambos títulos y además incluye una fotografía de Ruiz Iriarte, la relación de obras estrenadas hasta 1952 y un apunte biográfico muy escueto de su vida como dramaturgo. Víctor Ruiz Iriarte (Madrid, 1912 - 1982) no tuvo que desplazare para encontrar cómo desarrollar su labor porque era hijo de emigrantes afincados en Madrid en el barrio de Chamberí; donde pasó el período del conflicto militar no sin algún susto, es tras este paréntesis en su trabajo como periodista, cuando decide adentrarse en el mundo del Teatro (como explica en sus memorias y página web); su producción, generalmente comedias, abarca un gran número de títulos y guiones televisivos en varios de cuyos programas participó, siendo muy habitual en el conocido "Estudio 1".
El Gran Minué fue escrito hacia 1948 y estrenado dos años después en el Teatro Español de Madrid un 8 de diciembre, dirigido por Cayetano Luca de Tena. Se trata de una obra en tres Actos, el último dividido en dos cuadros y con un prólogo. La acción se sitúa en una Corte europea del siglo XVIII. El autor no quiso identificar nada que pudiera dar lugar al señalamiento de un país concreto, porque su idea era mostrar las costumbres tan falsas de una alta sociedad que predominaba en todo el continente, la gran diferencia social y a lo que por vivir se someten las clases más pobres, eso sí, Ruiz Iriarte en todo momento busca la sonrisa del espectador.
Diana es una joven y atractiva campesina que es llevaba para formarla culturalmente a la Corte con la intención de que sea la nueva favorita del Rey y que así pueda relacionarse en los festejos propios; este período de formación despertará las simpatía del público viendo su simplicidad y franqueza. Diferentes preceptores pasaran ante ella, siempre bajo la estricta vigilancia del jefe del Gobierno, Nicolás, de gran ascendencia con el Rey lógicamente. No se plantean dudas morales, pero ahí queda la acción. Uno de los preceptores es Valentín, un joven idealista que pretende que se aplique la moral humanista más elemental en la sociedad, lo cual requeriría una profunda transformación del régimen. Al final, como no podía ser de otra forma, Diana y Valentín se enamoran, ante lo cual Nicolás decide nombrarlo ministro para que "intente" imponer sus propuestas, pero lógicamente, ningún otro miembro del Ejecutivo lo va a apoyar, lo que lleva a la desesperación al joven. Es el "gran minué" que bailan los personajes escapados de un cuadro con la música de una caja musical en un mundo aislado de la vida real de las personajes que forman una mayoría en la sociedad.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández.