Con el número 46 tenemos una obra rural argentina escrita escrita en prosa en tres Actos divididos en varias escenas, por el dramaturgo Alberto Novión (Bayona, Francia, 1881 - Buenos Aires, Argentina, 1937), autor de casi el centenar de títulos entre los que hay sainetes, revistas, zarzuelas, teatro breve, etc. algunas letras de tango y dos películas, una de ella sobre la presente obra. La representación teatral primera se hizo en el Teatro Odeón de Buenos Aires el 8 de junio de 1921, mientras que en España el estreno se produjo en el Teatro Lara de Madrid el 25 de marzo de 1926 por la compañía de Lola Membrives. Se publicó en la colección La Farsa el 21 de julio de 1928, con algunas ilustraciones de personajes. El volumen se prologó por el propio autor y además, el director de la colección, Valentín de Pedro, añade una larga introducción sobre el teatro rioplatense.
La trama es un drama rural que igualmente podía haberse ubicado en multitud de lugares, en este caso podemos disfrutar del tipismo argentino con sus cánticos, peleas de gallos, gauchos, etc. Doña María es una mujer fuerte y decidida a la que la vida le ha puesto ante un abismo, se enamoró del hacendado de la región y se entregó con sinceridad, sin embargo la madre del hombre no la admite por su origen humilde, de ese amor nacerá una criatura que le dicen que murió. La vida transcurre y el niño se criará en la hacienda, María lo sabe y discute con la anciana pero llegan al acuerdo que María calla podrá verlo y tratarlo con normalidad. Enrique, el niño, cree que no tiene madre, su padre no se volvió a casar, sí María, que hará una familia siendo su propio esposo, don Pedro, el más fiel guardador de su secreto, el cual es conocido por otras personas en el pueblo. De su matrimonio han nacido dos hijos, Javier que es amigo íntimo de Enrique, y Julia que se siente enamorada de él. Así que cuando Enrique vuelve de sus estudios en la capital, ya hecho un mozo, el matrimonio decide que ha llegado el momento de irse de allí para evitar los problemas que la verdad crearía pero es entonces cuando todo salta por los aires, la tragedia es inevitable.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández