Con el número 10 nos llega este librito de doble obra, que vamos a detallar una a una. En primer lugar "Historia de una escalera" Premio Nacional de Teatro en 1949, estrenada el 14 de octubre de ese año en el Teatro Español bajo la dirección de Cayetano Luca de Tena. Un drama en tres actos que transcurre en la escalera del semisótano que constituye el centro y corazón del edificio de vecinos, donde conoceremos sus secretos y sus fracasos, como siempre en el Teatro de Buero Vallejo comprometido con reflejar la realidad más triste de la sociedad que sufre el desamparo.
El principal personaje es la escalera, que se va ajando con el paso de los años, su deterioro es visible, testigo de la vida cotidiana. Buero Vallejo inicia la acción a primeros del siglo XX y lo termina en el momento de escribirlo, dejando la historia abierta, sometida al juicio del espectador que ha de continuarla mirándose a sí mismo. En el momento de comenzar la trama, la vida se hacía en contacto con los vecinos, los edificios de entonces no eran lugares donde encerrarse como son en la vida actual, las escaleras (no había ascensores) no eran sólo estancias de paso, eran lugar de encuentro, de conversaciones, de escenas amorosas, de juegos... El primer acto, situado temporalmente antes de los años veinte nos presenta a los primeros integrantes de la historia que viven en el edificio, personajes muy diversos que nos muestran su interior, sus ilusiones, sus sueños, sus orígenes, que comienzan a crear familias y tener hijos que se harán grandes en torno a esa escalera y que serán los actuantes principales en el segundo Acto, diez años después aproximadamente. Ellos también han de enfrentarse a la realidad, sus sueños van quedando amortiguados por sus condicionantes, así que van quedándose allí a vivir, no hay más. Y en el acto tercero, la siguiente generación, que arrastra las ilusiones de las anteriores, pero que se ven sometidos a lo que pueden obtener, a la aplastante realidad que les impone su vida, pero que también acumulan la frustración de las generaciones anteriores, en una especie de sometimiento emocional nunca confesado. Es una historia humana llena de sueños pero de desesperante fracaso personal, una lección, una alegoría a la falta de planteamientos sobre lo posible y cómo conseguirlo que nos invade, en cualquier época, a la mayoría de la población, más fiasco cuanto menos avanzada la sociedad o cuanto más fantasiosas las expectativas. Algo que como vemos, puede volverse contra ellos mismos.
Antonio Buero Vallejo (Guadalajara, 1916 - Madrid, 2000) fue un dramaturgo español que supo transmitir el sentimiento de sus personajes que en el corto espacio de una representación teatral, mostraban actitudes muy particulares y eran capaces de desarrollar una transformación de carácter en determinadas condiciones. Dicen autores que no hay malos ni buenos en el teatro de Antonio Buero Vallejo, sino seres atormentados, frustrados, enfermos, etc. que buscan dar salida a sus taras. Conoció los rigores de la Guerra y los de la posguerra, la cárcel y el sufrimiento de las clases más bajas, así que en sus obras se reflejan todas estas situaciones, con títulos como "Historia de una escalera","Un soñador para un pueblo", "En la ardiente oscuridad", "Madrugada", "Caimán", "El tragaluz", "La Fundación", etc. Para ahondar en su biografía podemos consultar en Real Academia de la Historia o en Cervantes.es, entre otras.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández.