Pedro Muñoz Seca (El Puerto de Santa María, 1879 - Paracuellos del Jarama, 1936), escritor prolífico que sobrepasó los 200 títulos y multitud de éxitos, estrenó su primera obra a los 22 años en Sevilla, su fama le precedió a su llegada a Madrid, dedicó numerosas obras a ridiculizar la República y las novedosas leyes que ésta elaboraba, de ahí la acidez que a veces encontramos soterrada en las tramas, pero su activismo político en tiempos tan movidos provocó que acabara tristemente entre los fusilados; su aportación humorística como subgénero se conoció como la astracanada; abuelo por vía materna de Alfonso Ussía y Borja Cardelús; colaboró con numerosos autores. Pedro Pérez Fernández (Sevilla, 1884 - Madrid, 1956) se crió en Los Palacios y Villafranca, manejaba el lenguaje andaluz a la perfección y que reflejó en varias de sus casi ciento cincuenta obras, conjuntas o personales, cultivó la zarzuela, el sainete, la novela, el teatro y dentro de este el juguete cómico y la astracanada, ambos muy comerciales.
Número 72 de la colección teatral La Farsa que se estrenó en el Teatro Alcázar el 9 de octubre de 1928, bajo el impulso del nombre de "juguete cómico" dividido en tres actos. Cuenta con dibujos de Garrán y la portada pertenece a "El hombre de mundo" de Ventura de la Vega.
Nos trae una obra totalmente pensada para entretener y sacar la sonrisa al espectador, recreando la vida aburrida de una ciudad pequeña, un pueblo más bien, donde las gentes se conocen y destaca como notables el ricachón que ejerce de usurero prestamista, el boticario, el médico, el cura, etc. Por cierto, que el autor refleja, no sé si aposta, una situación que se vivía a primeros del siglo pasado cuando aún no existía la Seguridad Social como la conocemos hoy en día, cuenta el médico que piensa sacarle todo lo que pueda al usurero porque no tiene "iguala", era éste un sistema por el que se pagaba una cantidad periódica y daba derecho a atención sanitaria, quien no quería o no podía, tenía que pagar al precio libre que pusiera el doctor si era llamado. Pues bien, en el pueblo también vive una antigua cupletista que viajó por América norte y sur con una compañía de teatro, que de repente recibe una herencia de un rico admirador que ha fallecido en Washington. Y ahí comienza la trama, pues al avaro prestamista le vuelve el cariño que tuvo por la Nati en tiempos pasados al conocer el montante de la herencia, mientras el boticario, con el que se entiende, se ocupa del cobro. Alrededor la cuadrilla de amigos que se reúnen en la rebotica habitualmente y sus bromas, apodos y chistes, pero también otras mujeres del pueblo que pasan de despreciarla a presumir de ser sus amigas. "Poderoso caballero es don dinero"...
@ 2023, by Santiago Navas Fernández