Pedro Muñoz Seca (El Puerto de Santa María, 1879 - Paracuellos del Jarama, 1936), escritor prolífico que sobrepasó los 200 títulos y multitud de éxitos, estrenó su primera obra a los 22 años en Sevilla, su fama le precedió a su llegada a Madrid, dedicó numerosas obras a ridiculizar la República y las novedosas leyes que ésta elaboraba, de ahí la acidez que a veces encontramos soterrada en las tramas, pero su activismo político en tiempos tan movidos provocó que acabara tristemente entre los fusilados; su aportación humorística como subgénero se conoció como la astracanada; abuelo por vía materna de Alfonso Ussía y Borja Cardelús; colaboró con numerosos autores.
El número 150 de la colección teatral La Farsa nos trae una Comedia en tres actos que se estrenó en el Teatro Infanta Beatriz el 10 de mayo de 1930. El librito contiene dedicatoria y dibujos de Garrán.
Una fantasiosa demoniada imaginada en una noche de farra más allá de lo habitual, por decirlo un poco fino. Entre nosotros viven pequeños demonios que acucian los cuerpos y mentes para que las almas se condenen, sólo ellos y ellas saben distinguir los seres de luz. Todo un poco siguiendo el guion de lo correcto. Uno de esos diablillos es Satanelo, el cual ha bajado para negociar con un asesino que está condenado, para que se una al monto de diablos que obran en el eterno infierno, pero sus planes se trastocan cuando Satanelo pierde el amuleto que le protege, fabricado por restos de los cuernos del mismo Satán recogidos del cambio de temporada. Una locura, vamos. Y ese hecho le condena a vivir como un mortal, pero sin serlo mientras persigue recuperar el amuleto, mientras conoce a otros "mortales" que son demonios atrapados en el mundo visible. Y... se enamora de uno de esos seres de luz. El oficio de Muñoz Seca intercala las situaciones imprescindibles para deslizar chistes fáciles en esta locura incongruente y fantástica.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández