Con el número 27 de la colección La Farsa nos encontramos esta obra de Pedro Muñoz Seca (El Puerto de Santa María, 1879 - Paracuellos del Jarama, 1936), escritor prolífico que sobrepasó las 200 obras y multitud de éxitos, estrenó su primera obra a los 22 años en Sevilla, pero su fama le precedió a su llegada a Madrid, dedicó numerosas obras a ridiculizar la República y las novedosas leyes que ésta elaboraba. La presente se estrenó en el Teatro de la Comedia de Madrid el 9 de septiembre de 1927 y publicado el 10 de marzo de 1928. Tiene ilustraciones del dibujante Garran, cuya portada no es única, ya fue usada en otro número anterior. Es una obra cómica que califica como "caricatura superrealista" dividida en tres actos.
A pesar de su indudable comicidad buscando la simpleza y el chiste fácil, explota el tópico andaluz que tanta confusión han creado sobre la realidad de la gente del sur. La situación es surrealista más que superrealista, puede que ese sea el primer chiste. Al Castillo donde falleció el cabecilla de la familia, vuelven todos un año después, animados por la viuda que dice que espera que a las 12 en punto se aparezca y aclare temas de su vida y fallecimiento, pues aquí hay mucho más tejido que el que luce, además de su hermano, puede que aparezca un extraño que algo tendrá que ver pues era el amante de la antigua guardase, el fantasma de un monje, etc. Todos tienen algo que decir, algo que quieren saber, un interés determinado. Los locos inventos que hicieron la fortuna familiar, están en el aire porque puede que haya secretos que ahora podrían salir a la luz, y una posesión diabólica nos trae alternativamente los cuerpos de dos personajes ¿Hará falta el suero de la verdad para que todo el mundo confiese lo que piensa? Por mi parte me ha sobrado demasiadas circunstancias, con un hilo más sencillo, creo que la obra hubiera mejorado, sin renunciar al surrealismo.
@ 2002, by Santiago Navas Fernández