José Ruibal Argibay (Xeve, Pontevedra, 1925 - Cuenca, 16/02/1999) fue un dramaturgo gran ideólogo de la llamada "generación simbolista". Hijo de una familia de clase media venida a menos como consecuencia de la guerra civil española, vivió en los años 50 en Uruguay y los últimos años del franquismo en Argentina y Estados Unidos. Su teatro crítico y de denuncia política, adopta un simbolismo y alegoría de forma continua. Su primera obra data de 1957 y la última, una sátira sobre el dictador y un doble suyo, se estrenó tardíamente en 1983.
El número 632 de la colección de Teatro Alfil nos trae un recopilatorio de piezas de Café Teatro enlazadas que según declara el autor, se podrían representar todas seguidas o individualmente. A la fecha de publicación del librito y su reedición presente de la foto, casi todas habían sido estrenadas de forma separada por grupos de teatro de experimentación. La primera edición esta colección editada en 1969, incluía "Los Mendigos" que fue sustituid por "El mono piadoso" en la edición de tapa dura editada en 1972 y de las cuales ofrecemos ambos y las dos portadas también.
Obra muy corta, para un entreacto, estrenada el 2 de mayo de 1969 en el Café Teatro "Lady Pepa" de Madrid por el Nuevo Teatro Experimental de Daniel Bohr, bajo la dirección de Gerardo Gimeno y la interpretación de Antonio Prada y Clara Heyman. Nos muestra la sociedad del consumo en su grado más básico, cuando la clase media comienza su trasiego de mentiras. La clase media no existe, es la misma clase trabajadora pero con algunas posibilidades más que se ata al consumismo creyéndose que así asciende un poco, despectivamente "ya no es un simple trabajador", pero sí lo es y se engaña. Y así vemos al padre atado a su máquina de producción y a la madre llevando la casa entre más y más electrodomésticos que llegan hasta a intentar sustituir al sol natural. Es el nuevo esclavismo neoliberal contra las clases que dependen de un sueldo o de su trabajo para poder vivir cada día. Y así nos metieron en esta vorágine...
@ 2024, by Santiago Navas Fernández