El número 264 de la colección teatral Alfil nos trae otra sesión de retablos. Incluye una introducción de esta segunda serie de La Carreta.
No sin cierto morbo que habitualmente ha sido la tónica de este tramo de la vida de Jesús Cristo, el autor propone la representación de las "XIV estaciones" del Vía Crucis. Aconseja celebrarlo en fecha adecuada, que no puede ser otra que la Semana Santa, y en un lugar al aire libre y de noche, dando prevalencia al texto de oración del sacerdote, para lo que los actores llegarán al lugar de representación y adoptarán la pose que corresponda, mientras en pocos minutos él recita. La motivación no es sólo recrear lo sucedido, sino mover la sensibilidad hacia el sufrimiento de estos momentos y aplicarlo como un acto necesario para la consumación del mito del hijo de Dios, por supuesto, el verdadero. Presenta a los soldados romanos, crueles y sanguinarios como imperio invasor, movidos por la crueldad que los paisanos judíos producen en Jesús, pero se le olvida no desinteresadamente, que este proceso se inicia por los propios judíos coetáneos, tanto el poder político representado por Herodes rey como el religioso a cargo del Sanedrín y los fariseos.
@ 2023 by Santiago Navas Fernández