Enrique Jardiel Poncela (Madrid, 1901 - 1952), dramaturgo español de gran éxito, cuyo teatro ridiculiza y ataca a la conciencia acomodada de las costumbres de la época, en especial durante el franquismo, tuvo numerosos problemas por ello. Sin embargo, grandes títulos de su carrera son repuestos y ahora más, causan la risa entre los espectadores porque se encuentra más lógico ese absurdo que plantea. De hecho, murió casi olvidado, en la ruina, de un cáncer maligno. Su sentido del humor y de lo increíblemente asombroso en sus novelas y obras, fue inspiración para muchos autores posteriores y se habla de un "jardielismo" expresado por Marquerie y que se encuentra en obras de Neville, Tono, López Rubio, Alonso Millán, Alfonso Paso, Ramón Paso, Álvaro de Laiglesia, etc. Dejó un gran legado en ensayos, colaboraciones periodísticas, novelas, narraciones cortas, guiones cinematográficos, pero sobre todo, en obras teatrales como "Cuatro corazones con freno y marcha atrás", "Usted tiene ojos de mujer fatal", "Un marido de ida y vuelta", "Angelina o el honor de un brigadier", "Los ladrones somos gente honrada", etc. y una opereta "Carlo Monte en Monte Carlo" con música de Jacinto Guerrero. También nos dejó una larga tradición de actores y actrices y autores teatrales.
El número 625 de la colección teatral Alfil está declarado como EXTRA, nos trae esta "caricatura de melodrama moderno", dividido en un prólogo y dos actos, que fue estrenado en el Teatro de la Comedia de Madrid el 12 de diciembre de 1941. Al dorso aparece una breve biografía.
Cuatro hermanas se casan con cuatro hermanos, pero resulta que alguien aparece de repente y dice que no deberían haberlo hecho porque son hermanos. Y se forma la gran tangana. Comienzan las averiguaciones, las intrigas, que si la madre de dos es tal, que si el padre de otros es aquél, que si esos dos sí pueden casarse porque no son hermanos sino primos, que no, que esos no otros sí. En fin, que Jardiel Poncela monta un gran enredo en el último acto de la obra que cada vez se lía más, pero tiene buen cuidado de irlo explicando poco a poco para que nadie se pierda. De esta forma y con mucha ironía, se ríe de los melodramas románticos que inundan los escenarios, es una forma de reírse de la comedia policíaca y de enredos llevando éstos hasta tal extremo que acabemos locos de seguir las contradictorias pistas que nos van presentando.
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