Alfonso Paso Gil (Madrid, 12/09/1926 - Madrid, 10/07/1978) fue un dramaturgo español, autor de sainetes dramáticos, comedias, tragedias y obras de denuncia social (dentro de lo que se podía) con situaciones y diálogos cargados de humor y originalidad aunque su estilo ha recordado a Jardiel Poncela (de hecho se casó con una hija suya) y otros autores anteriores. Hijo de sainetero y actriz, conocía el teatro desde la tripa de su madre, pero ejerció la profesión de periodista dentro de los cánones del régimen, hermano de padre de Antonio Paso Díaz. Además estudió Filosofía y Letras y Medicina, simpatizante de Fuerza Nueva, a veces trabajaba como actor también, viajó por todo el mundo presentando sus obras que superan las doscientas, aunque no todas se estrenaron. En 1968 llegó a tener 7 obras en la cartelera todas alcanzando el "no hay billetes" a diario y una obra suya "Enseñar a un sinvergüenza" tiene el récord de permanencia en cartel: 23 años. Acumuló numerosos premios y a los 51 años un cáncer pudo con él, está enterrado en el Cementerio de San Justo.
El número 609 de la colección teatral Alfil nos trae esta obra en dos actos, el segundo dividido en dos cuadros, consistente en una comedia policíaca. Estrenada en el Teatro Arniches de Madrid el 16 de octubre de 1968, dirigida por el propio autor. El librito contiene autocrítica y breve biografía al dorso.
En un domicilio de París se reúnen como tantas veces dos matrimonios ya maduros, ellas son dueñas de sus casas y ellos, uno es un Comisario que se va a jubilar en unas horas, le ha tocado un buen premio; el otro es un prestigioso doctor que lidera un grupo de empresas médicas. Tiene la casa una criada española, avispada y dicharachera que hará girar la conversación hacia un crimen no resuelto con el que el Comisario tiene su currículum sin completar. La noche comienza amablemente pero en seguida la investigación policial surge, la criada ayuda al Comisario, el doctor se ve algo acorralado por las presuntas sospechas e indicios de haber cometido adulterio. Todo parece una broma, pero no lo es. Aldo hay, pero es mucho más que el triste asesinato. El éxtasis llegará con la aparición en la escena de un testigo.
@ 2024, by Santiago Navas Fernández