Luis de Vargas y Soto (Huelva, 1891 - Madrid, 1949) fue un autor teatral español que explotó el sainete con gran éxito entre los años 20 y 30 del siglo XIX. Aunque estrenó muy joven su primera obra en 1913 "Santo con gracia", no llegó a desarrollar una gran carrera porque tal y como estaba el mercado, tuvo que ahondar en el sainete para sobrevivir, llegando a la década de los 40 con alguna obra más entre la gran cantidad que escribió, siempre introduciendo un tono crítico a la sociedad de señoritos que pululaban en la época, entre las que introdujo en 1920 la dedicada a Pedro Muñoz Seca "Juan de Madrid".
De ambiente madrileño, ésta que tenemos entre manos, es una Zarzuela de texto que se estrenó el 9 de septiembre de 1927 en el Teatro de la Comedia de Madrid y se publicó en La Farsa el 26 de noviembre con el número 11 de la colección. Dividida en tres actos con diferentes escenarios cada uno, al año siguiente sería llevada al cine por Amando Pou. "Los lagarteranos" de esta función representan a la gran cantidad de emigrantes que a primeros del siglo XX llegaban a Madrid en busca de fortuna desde el resto de las provincias, castellanas en particular y el resto de España en general. Muchos de ellos con una mano delante y otra detrás, como suele decirse, abandonando un campo asolado por tormentas y/o sequías, atraídos por el crecimiento de la ciudad en especial a partir de los años 40 ó 50 cuando Madrid absorbió por Decreto el propio alfoz.
En este caso la ambientación es anterior, pero el tema es el mismo: dos familias cruzadas por la amistad y el origen que acaban estableciéndose en la capital, una consigue triunfar con una confitería y tiene las dos vertientes en el caso de sus hijos: los dos mayores se han criado pegados al comercio, los dos menores disfrutan del buen rumbo dedicándose a estudiar y divertirse. Como buenos padres, sueñan con otra vida mejor para sus retoños pero no saben distinguir la distancia social, que no económica, que existe entre ellos y las clases sociales altas en las que quieren introducir a sus dos más pequeños; al tiempo, temen que a los otros dos que están con ellos en el negocio, les persigan oportunistas para casarse dada su bonanza monetaria. Les costará darse cuenta de que aún con dinero, son clase trabajadora nada más, y sus hijos jamas serán condes o marqueses. Y por otro lado, tal vez sí lo sea quien no lo ha buscado. Vargas usa la cuestión social en sus comedias como un espejo en que mirarse y las conduce a través de personajes ocurrentes pero muy reales y creíbles, propios del Madrid castizo, pero sin profundizar lo suficiente a cambio del benefició de llenar el patio de butacas, de ahí que busque arrancar la carcajada al espectador mediante el uso de modismos y chistes.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández