miércoles, 4 de mayo de 2022

LA FENIX DE SALAMANCA

 



El Siglo de Oro español dio un nutrido grupo de autores de los que son, los más conocidos, Lope de Vega, Tirso de Molina y Calderón de la Barca, último autor considerado de esa época que duró algo más de cien años aunque no se consideran fechas fijas su inicio y su final. No fue el Teatro el único Arte en el que España, en plena expansión mundial, destacó: poesía, prosa, filosofía, arquitectura, pintura, escultura, música... Entre el final de los Trastámara con la conquista de la Península a los musulmanes y la llegada al continente que sería la América actual, y los Austria en la Corona, vivieron los grandes nombres de la historia de sobra conocidos y que se mezclan hasta que el fallecimiento de Calderón, como he dicho, señala el fin de una época irrepetible. De entre los dichos y cientos más, Surteatro ha escogido a Antonio Mira de Amescúa (Guadix, 1577 - 1644) con una de sus principales obras, en verso, claro, de entre las más de 60 que compuso entre poemas, comedias, autos sacraméntales y teatro. 

Se trata de una Comedia de costumbres, de las de capa y espada, que nos presenta un tema que ha sido abordado por multitud de autores en sendas obras. Una mujer desea adquirir estudios y para ello tiene que disfrazarse para acudir a la Universidad, con las incidencias que el autor relata incluido como era propio de la época, el amor; no será la única vez que explore la cuestión, pues en su obra "La tercera de sí misma", vuelve a ensayarlo, quizá no conforme con el resultado primero. Y tampoco esta historia es única en el Siglo de Oro (ni en ocasiones posteriores) pues tanto Lope de Vega como Tirso de Molina abordan la cuestión desde sus particulares puntos de vista, igual que hace Mira de Amescúa. Lope es crítico con la actitud de la mujer, mientras Tirso es más permisivo, según vemos en el cruce de versos que pongo al final. El caso es que "la Feníx de Salamanca" existió realmente, se llamaba Feliciana Enríquez de Guzman (Sevilla, 1572 - 1644) y fue una dramaturga y poeta que se encuadra en el Siglo de Oro. Mira de Amescúa era amigo y admirador de su obra, así que podemos pensar que conocía bien la vida de esta señora que además de la aventura citada, llegó a casar por dos veces y ambas enviudó dejando como legado esta historia. Mira de Amescúa participó de la vida cultural y política de la Corte, al cabo de los años regresó a su tierra pero no se quedó en la Catedral de Granada como le correspondía por cargo, sino que se recluyó en su pueblo natal hasta su fallecimiento.

"Mintiendo su nombre/ y transformada en hombre,/ oyó Filosofía / y, por curiosidad, Astrología", escribió Lope de Vega.

"¿Siempre han de estar las mujeres / sin pasar la raya estrecha / de la aguja y la almohadilla? / Celebre alguna Sevilla / que en las ciencias aprovecha", respondió Tirso de Molina.



@ 2022 by Santiago Navas Fernández

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