Extraña obra la que nos presenta la colección La Farsa en su número 14, aunque presentada por el aclamado dramaturgo Pedro Muñoz Seca (Puerto de Santa María, 1879 - Paracuellos del Jarama, 1936), del cual ya hemos hablado varias veces. Se trata de una Comedia que él mismo denomina como "casi película policiaca en tres jornadas". Cada una de las cuales se divide en varias partes, generalmente tres en las que se repiten los escenarios en función del grupo de actores que interpretan su parte de la obra, hasta que en los dos últimos comienzan a mezclarse las dos historias. Además para ganar en singularidad, se apoya en unos cartelones que introduce antes de cada cuadro, jornada o partes, añadiendo elementos escritos que normalmente sólo se conocen en la versión escrita, proyectados sobre el telón a modo de pantalla creada a este fin. También lo usará para acercar "primeros planos", equiparando así un tanto el Teatro al Cine.
Fue estrenada en el Teatro de la Comedia el 25 de noviembre de 1927 y publicada en la colección casi un mes después. Incluye esta edición dos páginas de papel especial con fotografías de la representación y la del autor con su firma. Además, aprovechando tanta división y cambio de escenario, introduce caricaturas del dibujante que firma "ROBERTO", de los principales personajes. Y por fin, no acaba, añade una escena muda para hacer caer el telón.
En definitiva, se trata de una historia policíaca al estilo de las de la época. Un investigador que recuerda a Hércules Poirot, es contratado para descubrir quién ha robado el maravilloso invento de un científico, el cual permitiría a cualquier nación hacerse con el control del resto, se trata de un gas que afecta únicamente a las personas. Esto ocurre en un país imaginario, mientras en el vecino, una banda de delincuentes aspira a hacerse con la fórmula y venderla al mejor postor, por lo que trazan un plan para ello que incluye el secuestro y hasta el asesinato si llegara el caso. Con gran número de personajes que se van acumulando a cada lado de la historia, el desenlace no puede ser otro más que positivo, claro. En realidad la obra tiene poco misterio y sí algo de entretenimiento, aunque hay que decir que quizá vista en la sala resulte un tanto pesada o incluso aburrida a pesar de las notas de humor irónico que introduce don Pedro para darle agilidad, como en el personaje de Calamar (¡bastante tiene ya con el nombre!).
@ 2022 by Santiago Navas Fernández