"La vida es como una leyenda: no importa que sea larga, sino que esté bien narrada", es frase de Lucio Anneo Séneca (Cordoba, año 4 d.C. - Roma, año 65 d.C.), filósofo proveniente de una familia acomodada de la provincia romana de la Bética, en Hispania, cuyo padre fue un conocido retórico llamado Marco Anneo Séneca, igualmente cordobés que se educó en Roma y ejerció la docencia y la filosofía. Lucio viajó por el norte de África y se trasladó a vivir a Roma donde ejerció como abogado, pero levantó los celos de Calígula; cuando Claudio subió al trono lo mandó desterrar a Córcega acusado de adulterio con la hija de Germánico llamada Julia; sin embargo, pasados los años sería nombrado preceptor de Nerón y luego éste no tomaría como consejero. Hacia el año 62 decidió retirarse de la vida pública. No obstante su antiguo discípulo acabó acusándole de participar en la conspiración para acabar con él que organizó Pisón, además y debido a unas cartas cruzadas con Pablo de Tarso (más conocido como San Pablo), se le sospechaba "cristiano"; por todo ello mandó detenerlo. Decidió morir en el acto, su esposa llamada Pompeya Paulina, apenas una adolescente de 15 años, también quiso morir con él, pero unos amigos se la llevaron aparte. Séneca se cortó las venas de muñecas y tobillos, pero como la muerte era demasiado lenta, tomó cicuta, que tampoco aceleró su marcha, así que pidió ser introducido en las estufas donde por fin murió por asfixia. Y con esto, espero haber cumplido con la máxima dicha al inicio.
Lo cierto es que su conocimiento era tan grande y reconocido, que siglos después aún llamamos "séneca" a una persona que demuestra su sabiduría y comprensión.
Autor de tragedias, consolaciones, diálogos y otras obras diversas cargadas moralidad de acuerdo con la época, la colección ha elegido la de Medea, dividida en cinco Actos y situada ante la casa de la protagonista en Corinto. Séneca tomó la historia contada por Eurípides y luego por Ovidio y de ahí obtuvo su versión de esta tragedia. Medea era una sacerdotisa hija del rey de Clóquida, que vivía con Jasón (el de los argonautas) con el que tuvo tres hijos sin llegar a casarse tras huir del reino de su padre acompañándole; pero Jasón tiene planes de casarse con la hija del rey de Corinto, ciudad donde viven, y, además, pretende llevarse a los hijos de ambos dejando a Medea abandonada, pero la hechicera no lo va a consentir, desea la muerte del rey, de la hija que es su rival, de Jasón y hasta de los hijos habidos entre ambos. Los acabará sacrificando en el texto que, de representarse en un escenario, exigiría un veracidad interpretativa lejos de lo acostumbrado, pues la muerte es cruel y despiadada ante los ojos de Jasón. Tal es la violencia que hasta sorprende y encorajina al propio espectador o, al menos a mi, lo ha hecho.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández