Ya comentamos en la presentación de esta colección que puedes leer en la pestaña superior del blog, que los tres primeros números tenían la misma portada, y que luego se repetirá en otros posteriores. Además dijimos y quiero recordarlo, que el número 3 aquí presente, fue declarado como Extraordinario, no sé si quizás porque está basada en la tragicomedia "Periáñez y el Comendador de Ocaña" escrita por Lope de Vega y de gran éxito en su época. También dije que en la colección veríamos varios estilos, si hasta ahora conocimos un "juguete cómico" y luego una "comedia", ahora tenemos una Zarzuela, género chico indudablemente español, que en este caso toma el original y lo transforma añadiéndole música de Amadeo Vives (Colbató, Barcelona, 1871 - Madrid, 1932), compositor de canciones, zarzuelas, óperas y operetas en número superior al centenar, destacando Doña Francisquita, Bohemios y Maruxa entre todas.
La adaptación de la trama fue realizada por Federico Romero Sarachaga (Oviedo, 1886 - Madrid, 1976), compositor que formó un tándem muy fructífero con el otro adaptador, Guillermo Fernández Shaw Iturralde (Madrid, 1893 - 1965), libretista de teatro de zarzuela, autor conjuntamente con el nombrado, de La canción del olvido, La rosa del azafrán, Luisa Fernanda, La Cibeles, La tabernera del puerto, etc. y otras más con su hermano Rafael, además de ejercer su profesión como periodista. El estreno de la presente, se produjo el 1 de octubre de 1927 en el Teatro de la Zarzuela de Madrid, ocho días antes de la publicación en esta colección ¡fijaos qué nivel de afición existía!. Está distribuida en tres actos y siete cuadros, cada cuadro implica una acción y dentro de cada uno, la acción se distribuye por diferentes escenarios, pues requiere de un cambio de decorado lo que implica un movimiento rápido de telón, no como entre acto y acto donde el telón permite un descanso a actores y público. Esos escenarios son complejos para acentuar el realismo y que el espectador se sienta dentro de él al reflejar lo más fielmente posible, la realidad; hoy en día se tiende a escenarios sencillos e incluso en negro o ayudándose con imágenes.
El telón se alza el día de la boda de un villano acomodado con una villana de hermosura deslumbrante, por algún motivo propio de la época, se da a entender que es demasiado para un mísero villano, aunque ambos estén apasionadamente enamorados. Un villano era un pequeño propietario que tenía trabajadores contratados y servicio propio pero que no era noble. El Comendador de Ocaña (lo cual nos sitúa en el lugar más o menos donde transcurre la acción, por tierras de Toledo) se enamora de la recién casada y aduce como razones de su deseo, que es eso, el Comendador y a sus deseos no se opone ni villano ni villana porque su nobleza, innoble moralmente, obliga al vulgo. Para que nos situemos mejor, se cita a Enrique Tercero como Rey que actuará al final. Escrita en verso, se lee fácil y rápido, así que animaros.
@ abril 2022 by Santiago Navas Fernández