Jean Racine (La Ferté-Milon, 1639 - París, 1699) fue dramaturgo, poeta e historiador francés que destacó con tragedias inspiradas en la anigüedad entre las que destacan Fedra, Andrómaca, Atalía, etc. Junto Corneille y Moliére forma parte del Gran Siglo Francés adherido al clasicismo. Fuera de esa línea escribió Esther, una comedia para niños, y Los Litigantes, también comedia pero para adultos. Su formación básicamente humanista, le relacionó Sófocles y Eurípides muy pronto, se lanzó a la poesía y posteriormente al Teatro consiguiendo su primer gran éxito con Andrómaca, amores imposibles, rectitud clásica, etc. ocupan su obra que solía escribir en prosa y luego pasaba a versos alejandrinos cuidando que la rima fuera perfecta.
La obra está basada en la Tragedia de Eurípides que narra el mito de Fedra, pero Jean Racine tuvo en cuenta las aportaciones de las respectivas tragedias de Séneca y Garnier. No son las únicas versiones, otras a citar son de: Sor Juana Inés de la Cruz, Miguel de Unamuno, Sarah Kane y Raúl Hernández Garrido y Salvador Espriu. La de Racine se publicó en 1677. El mito básico en la mitología griega, es que Fedra era una princesa cretense, hija de Minos y de Pasífae, y hermana de Ariadna, que fue raptada por Teseo tras abandonar a la tal hermana para casarse con Fedra. De esta unión tuvieron dos hijos: Acamante y Demofonte. Pero Fedra se enamoró locamente de Hipóito, hijo de Teseo, a consecuencia de un acción como venganza de la diosa Afrodita que había sido despreciada por el joven que prefirió a Artemisa (cuando una diosa se enfada, no hay ni cueva donde esconderse). Hipólito, sin embargo, rechazó sus insinuaciones, por lo cual Fedra, despechada, lo acusó ante su padre de haber intentado violarla y se suicidó. Irritado, Teseo entregó a su hijo a la furia de Poseidón, quien envió un monstruo marino que espantó a los caballos de Hipólito, que fue arrastrado y resultó gravemente herido. Artemisa reveló entonces que Afrodita les había tendido una trampa, y padre e hijo se reconciliaron antes de que Hipólito muriese.
Dividida en cinco actos, Racine versiona el drama sin quitarle a Fedra nada de su carácter equívoco y presuntuoso. En este caso Hipólito ama a Aricia (no a Artemisa y de Afrodita ni noticias) y parece ser correspondido. Llegan noticias de que el rey Teseo ha muerto en batalla, entonces Fedra se lanza y confiesa su amor a Hipólito, acuciada por su criada Enone, pero el joven se horroriza y la rechaza contundentemente (ni siquiera le caía bien ya de antes). El rey aparece pues no ha muerto, es recibido con frialdad, Enone para evitar la desgracia de su ama le cuenta al rey que Hipólito ha intentado violar a Fedra, Teseo por supuesto entra en cólera y destierra a su hijo y ruega a Neptuno (no a Poseidón) que lo mate. Fedra interviene en su salvación ante el monarca pero éste le dice que Hipólito ha negado el hecho aludiendo a su enamoramiento de Aricia, con lo cual la esposa se queda callada dudando qué hacer. Pero a Teseo le ronda la duda, así que acude a la novia de su hijo que no se atreve a contar la verdad, pero que sí le dice que se equivoca en desterrar a Hipólito... ¡y ahora viene la tragedia! Neptuno cumple con el deseo de Teseo así que Hipólito muere en un naufragio, Enone se suicida y Fedra confiesa, tras lo cual se desploma en pleno escenario porque había tomado un veneno antes...
@ 2022 by Santiago Navas Fernández.