Recoge esta edición tres versiones del mismo mito. La de José Zorrilla, la de Moliére y la de Tirso de Molina. Y sin embargo en Sevilla se cuenta la historia del caballero de origen noble y corazón cruel que secuestró y abusó de una joven muchacha.
Esta versión en verso con cortos diálogos salvo recitados famosos, nos presenta a un desafiante don Juan el cual sólo vive para la fiesta y la seducción, los amigos que tiene son leales y alguno por el interés, pero siempre se ven cuestionados por el Tenorio. El padre, noble y honrado, compromete a su hijo con una joven, sin embargo el padre de la muchacha, el Comendador, la tiene ingresada en un convento para protegerla sabedor de que la belleza excitará los impacientes deseos de cualquier joven y más de don Juan. Al tiempo se enfrenta a don Luis, otro espadachín aunque de costumbres bien distintas, con el que se reta a que será capaz de seducir a su amada con la que se va a casar en unos días y también a doña Inés. Así lo trama y si no es que al final seduce a la doña Ana de don Luis, lo insinúa tan bien que éste cae en la porfía. Con doña Inés sí vemos que se entrevista, ambas mujeres se ven inducidas por las alcahuetas que viven a su alrededor y en las que confían, una figura muy típica de la literatura española del Siglo de Oro, se trata de sirvientas de confianza a las que don Juan paga generosamente para que le faciliten la entrada y medios cerca de la mujer de su objetivo, en la que influirán para que lo reciba, luego ya él hará el resto. La obra muestra a la mujer como algo tornadizo, inseguro, dependiente y volátil, que con la palabra de un conocido seductor ya tiene bastante para engañar al futuro marido o a los votos religiosos, aunque en el caso de la presente Inés se nos muestre como una joven que fue encerrada en un convento donde en realidad, no desea estar. La tragedia está servida y en la segunda parte de la obra se nos presenta a don Juan en el cementerio ante las tumbas, hablando con Dios y las estatuas, invitando al espíritu del Comendador a cenar y así entramos en lo fantasmagórico, en el concepto de la justicia que el cielo aplica a los que se saltan las leyes sagradas, si bien, se producirá el milagro por el cual el Amor todo lo puede. Aquí don Juan mostrará su carácter soberbio pero tal vez como una reacción contra sí mismo, al comprender que no es el hombre independiente y sin sentimientos que él creía y presumía de ser.
Fue estrenada en el Teatro de la Cruz de Madrid el 28 de marzo de 1844.
José Zorrilla y Moral (Valladolid, 1817 - Madrid, 1893) fue un poeta y dramaturgo conocido sobre todo por esta obra sobre la historia de don Juan y doña Inés, que fue escrita en una noche de insomnio y durante los 21 días siguientes, deudora de El burlador de Sevilla y el convidado de piedra de Tirso de Molina. Fue un gran éxito. Quizá algo de su azarosa vida matrimonial y amorosa y lo que vio a su alrededor lo quiso reflejar en este personaje que aunque existió, no fue para nada así. Poeta, dramaturgo y escritor se relacionó en París con los grandes del momento y fue miembro de la Real Academia Española de la Lengua, recibió la Gran Cruz de Carlos III de manos del monarca Amadeo I, y otros reconocimientos más. Además de París, vivió en Londres y México durante diferentes temporadas, así como visitó otros varios países, huyendo de su mujer y sus merecidos celos. Integrante del movimiento romántico su nómina de obras es amplísimas incluyendo líricas, poemas, teatro, leyendas y otros escritos diversos. Su entierro fue seguido por miles de madrileños.
@ 2022 by Santiago Navas Fernández