José Fernández del Villar Granados (Málaga, 26/12/1888 - Madrid, 2/04/1941) fue un periodista, dramaturgo y escritor español. Se trasladó pronto a Madrid donde colaboró con varias revistas, entró a trabajar como secretario de los hermanos Álvarez Quintero y comenzó su labor artística en 1918 con el entremés "Te lo debo Santa Rita". Su estilo cercano al humor de los Quintero le llevó a elaborar trabajos de claro acento andaluz, donde los trabajadores ejercen el deje pero los señores hablan en perfecto castellano, donde no hay enfrentamientos ni problemas sociales. Un teatro más para divertir y entretener que para plasmar el momento o plantear cuestiones. Su éxito fue notable con este modelo tan comercial. Francisco Prada (Madrid, 1892 - Madrid, 1975), escritor y compositor que participó o escribió 9 obras teatrales y estuvo presente en otras 60 composiciones musicales o canciones en particular con Ramón Farrés, y como guionista de cine, entre otras en varias de Ignacio F. Iquino. Francisco "Paco" Martínez Soria (Tarazona, 18/12/1902 - Madrid, 26/02/1982), fue actor y empresario de teatro, muy reconocido popularmente y con numerosos premios, entre ellos la Medalla al Mérito en el Trabajo de 1968, el Premio Nacional de Cine y el mismo de Teatro. Titular del Teatro Fontalba y posteriormente propietario del Teatro Talía, al principio con Iquino, pero luego en solitario hasta su fallecimiento que le aconteció preparando un estreno.
El número 685 de la colección teatral Alfil está considerada como EXTRA. Comedia en dos actos, el segundo dividido en dos cuadros, que se presenta en esta edición como una nueva versión realizada por Francisco Prada y Francisco Martínez Soria. Fue estrenada en el Teatro Eslava de Madrid el 16 de abril de 1970 por la compañía de Paco Martínez Soria.
Esta obra inspiró la película de Pedro Lazaga en 1971 "Hay que educar a papá", con un guion muy similar. Es una obra de humor pero con una enseñanza vital. En el Madrid del pleno desarrollo, algunas personas "con vista", cambiaron sus sencillos oficios por otros más rentables, en este caso Severiano era un melonero que cambió tierras por casas y se dedicó junto con su amigo Isidro a la construcción, sin entrar a juzgar más, se hizo millonario. Sin embargo, hombre sencillo y su mujer tanto como él, siguieron viviendo en su piso cercano al rastro porque estaban arraigados al barrio, mientras a sus hijos los mandaron a estudiar a Londres para que fueran de otra forma diferente a ellos. Y así fue, a la vuelta surge el choque de los nuevos tiempos con los tradicionales, pero el autor se inventa unos condes busca fortunas que persiguen el dinero de Severiano, callejero y avezado además por la edad, lo dará todo por sus retoños. Eso sí, nos vamos a reír.
De la obra de teatro no sé, pero la película la podéis ver aquí.
@ 2025, by Santiago Navas Fernández