Pedro Muñoz Seca (El Puerto de Santa María, 1879 - Paracuellos del Jarama, 1936), escritor prolífico que sobrepasó los 200 títulos y multitud de éxitos, estrenó su primera obra a los 22 años en Sevilla, su fama le precedió a su llegada a Madrid, dedicó numerosas obras a ridiculizar la República y las novedosas leyes que ésta elaboraba, de ahí la acidez que a veces encontramos soterrada en las tramas, pero su activismo político en tiempos tan movidos provocó que acabara tristemente entre los fusilados; su aportación humorística como subgénero se conoció como la astracanada; abuelo por vía materna de Alfonso Ussía y Borja Cardelús; colaboró con numerosos autores.
El número 600 de la colección de Teatro Alfil nos trae un EXTRA dedicado en homenaje de don Pedro Muñoz Seca, que acompaña al dorso un boceto de su efigie. Contiene tres títulos además de una nota editorial sobre la edición, una relación cronológica de las obras y sus estrenos del autor, así como las obras en colaboración con Pedro Pérez Fernández.
"El roble de la Jarosa" es una Comedia en tres actos estrenada en el Teatro Español el 15 de diciembre de 1915 y, en este caso, el librito contiene dedicatoria del autor a su pueblo.
Drama rural de amores insatisfechos que nos presenta el autor manejando el acento andaluz, a pesar de lo variado que éste puede ser de unas provincias a otras, tira entre sevillano y gaditano. Un mozo de un cortijo es aficionado al toreo, más por vocación de salir de la pobreza que por afición, a pesar de lo cual, se le da bien y va consiguiendo su cierta fama. En el cortijo tiene su novia, pero un día esta influida por el señorito marqués y la compañía, se alegra un tanto con el vino y el novio que la ve, se espanta de su indecencia a pesar de que la cosa no pasa de ahí. Con el pasar de los años el joven, huido del cortijo y renunciado a su novia, triunfa e incluso ya encumbrado se hace amigo del antiguo enemigo, el marqués. La Jarosa es la finca donde todo ha ocurrido y él, a pesar de los pesares, no puede olvidar su pasado y la compra, regresando como dueño a ella. El final es muy previsible, pero la trama merece la pena pues nos pone en el centro de las costumbres y tipos de entonces con una gran maestría en el manejo del paisaje y el lenguaje.
@ 2024, by Santiago Navas Fernández